Hacer que los niños coman más verduras
Conseguir que los niños coman más verdura no tiene por qué ser una lucha. Puedes probar muchas formas creativas de introducirlas y servirlas.
Un truco para conseguir que tus hijos coman verduras
15 maneras de hacer que sus hijos coman mejor
Llévalos al mercado o al supermercado y pídeles que elijan una verdura. Deja que la laven, la pelen y la corten, y que te ayuden a elegir cómo cocinarla y darle sabor. Los niños estarán más dispuestos a comer lo que han ayudado a preparar.
Si a tu hijo ya le gusta la pizza normal, prueba a añadirle un ingrediente vegetal. A algunos niños no les gusta mezclar alimentos, sobre todo si se trata de uno que consideran perfecto. Pero algunos estarán dispuestos a experimentar. Prepara cuencos con verduras para la noche de la pizza, la noche de los tacos o la noche de la ensalada y deja que la familia se vuelva loca. Los niños se sentirán tentados por todas las opciones y la diversión práctica.
Para un niño pequeño, hacer muecas con las verduras cortadas puede ayudarle a llevarlas del plato a la boca. Llamar "árboles" al brócoli o "cerebros" a la coliflor puede intimidarles mucho menos. Los alimentos en miniatura también pueden resultar más atractivos para los niños.
Cuando te frustra que tu hijo no quiera probar una verdura, puede ser tentador enfadarse u obligarle a limpiar su plato. Pero resiste la tentación. Obligar a un niño a comer algo puede hacer que lo evite más adelante, incluso de adulto. Si apartan el plato, no reacciones de un modo u otro. Pero tampoco renuncies definitivamente a servirles verdura.
No abrume a su hijo sirviéndole un plato entero de alimentos que no reconoce o que no le gustan. PÃdale que pruebe una verdura nueva cada vez. Asegúrese también de servirle otros alimentos que ya conozca y que le gusten, a poder ser que incluyan al menos una verdura. Asà podrás animarles a probar el nuevo alimento, pero ambos sabréis que tendrán algo que comer si no les gusta.
Si has ofrecido brécol o espinacas a tu hijo varias veces y ha puesto cara de asco, no te rindas. Los gustos de los niños cambian a medida que crecen. Puede que tengan que probar un nuevo alimento una docena de veces antes de que les guste.
¿Tiene su hijo un amigo que sea un comensal aventurero? Invítelo a cenar y sírvale verduras nuevas. La presión del grupo puede funcionar bien, y su hijo estará más dispuesto a probar un plato nuevo si su amigo se atreve a probarlo primero.
A veces a los niños no les gustan las verduras porque están demasiado blandas o tienen un sabor demasiado fuerte. Prueba a asarlas para conseguir un sabor y una textura que gusten a los niños. Quedarán blandas por dentro y crujientes por fuera, como las patatas fritas. Además, resalta el dulzor natural de las verduras para que su sabor no sea tan intenso como cuando están crudas. Prueba a rociarlas con aceite de oliva y queso parmesano antes de meterlas en el horno.
Un aderezo saludable, como el hummus, puede hacer que las verduras crudas resulten más atractivas para los niños (no sirvas aderezos a base de nata agria o mayonesa). Además del hummus, busca una receta saludable de aliño ranchero que utilice yogur natural desnatado en lugar de mayonesa. A los niños les gusta mojar y comer con los dedos.
Si las verduras están a su alcance, será más probable que su hijo las coma cuando tenga hambre. Corta zanahorias, brócoli y pimientos y asegúrate de que estén a su alcance cuando prepares la cena. Si piden un tentempié antes de cenar, que sea su única opción. Ten siempre verduras limpias y cortadas en el frigorífico, a la vista cuando tu hijo busque comida.