La matrescencia: Cambios en el cerebro al convertirse en madre
La "matrescencia", un término acuñado por la antropóloga médica Dana Raphael en 1973, es la enorme transformación cerebral que sufre una mujer al afrontar el enorme cambio de identidad que supone convertirse en madre. Se produce como resultado de los cambios hormonales que tienen lugar durante el embarazo, el parto y la primera infancia. El "cerebro de madre" suele expresarse como una desventaja, pero en realidad tiene muchas habilidades y fortalezas especiales que la hacen muy capaz de cuidar a su bebé.
La matrescencia puede compararse con los cambios hormonales que se producen durante la adolescencia cuando un niño se convierte en adulto. Ambas son transiciones fisiológicas y psicológicas importantes en las que el cuerpo se transforma, y el cambio hormonal provoca un trastorno en los sentimientos de la persona. Muchas mujeres pueden sentir que algo va terriblemente mal, cuando en realidad esta etapa de adaptación y malestar es normal.
La matrescencia: Los cambios en el cerebro cuando se es madreDurante el embarazo, desarrollarás nuevos y complejos circuitos cerebrales, mientras que algunas zonas del cerebro se reducen. No te preocupes, las áreas cerebrales que se reducen están haciendo que tu cerebro sea más eficiente y especializado para la crianza. Las investigaciones sugieren que estos cambios están relacionados con los bebés, y que las áreas que se adaptan dan a las mujeres embarazadas mayores facultades para comprender las necesidades y emociones de su bebé, asegurando que estén bien equipadas para establecer vínculos afectivos, capacidad de respuesta, empatía y habilidad para sentir al bebé.
La maternidad provoca cambios en el cerebro
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Para algunas mujeres embarazadas y madres recientes, los cambios cerebrales de la matrescencia también pueden aumentar la ansiedad, la angustia, la preocupación y las tendencias obsesivas compulsivas. El propósito de estas emociones y comportamientos puede ser mejorar las habilidades de crianza, y no deberían durar más allá de la infancia. Es común estar ansioso e imaginar el peligro que rodea a tu bebé, pero busca un profesional de la salud mental si te sientes angustiado.
Importancia de comprender y normalizar la matrescencia
Saber que estos cambios ocurren y son normales puede ayudar a validar y, por tanto, a reducir la preocupación por lo que se está pasando. Algunas de las emociones asociadas a la matrescencia pueden parecerse a la depresión o la ansiedad posparto. Puedes experimentar la matrescencia de esta manera:
- Un cambio en la dinámica familiar. No sólo has creado un bebé, también has creado una nueva familia, por lo que las relaciones pueden sentirse tensas y pueden surgir nuevas tensiones.
- Reflexionar sobre cómo te han criado. Es posible que vuelvas a vivir tu infancia y elijas si quieres ser la madre que tuviste o que deseaste tener.
- Ambivalencia hacia tu bebé. Puede resultar incómodo sentir dos cosas opuestas al mismo tiempo, pero es posible que sientas que quieres estar cerca de tu bebé y, al mismo tiempo, anheles un espacio emocional y físico.
- Decepción por la realidad frente a la fantasía. Ya sea por las experiencias con tu propia madre o con las madres de tu entorno, es posible que hayas creado un bebé de fantasía durante el embarazo y que la realidad no siempre esté a la altura.
- Culpabilidad por no ser la madre "perfecta". Muchas mujeres se comparan con la madre ideal, que siempre está feliz, tranquila y antepone las necesidades de su bebé. La vergüenza puede surgir al compararse con un estándar irreal e inalcanzable.
La maternidad es como un tira y afloja emocional al intentar atender tus necesidades y las de tu bebé al mismo tiempo. Gracias a la oxitocina que inunda tu cuerpo, sentirás amor y apego por tu bebé a nivel celular, pero eres humana. Tu cerebro seguirá haciéndote saber que tienes tus propias necesidades físicas y emocionales que deben ser satisfechas. Y eso está bien.
No pasa nada si a veces no lo disfrutas, si sientes que no tienes instinto maternal, que te aburres e incluso que estás resentida. Demasiadas madres se avergüenzan de hablar abiertamente de estos complicados sentimientos por miedo a ser juzgadas. Este tipo de aislamiento social puede llegar a desencadenar una depresión posparto, por lo que encontrar a alguien con quien te sientas cómoda para hablar (además de tu médico de cabecera) es fundamental para superar esta transición natural hacia la maternidad. Una maternidad desordenada, desafiante, alegre, que induce a la ansiedad, complicada y hermosa.
Nota: Busque apoyo profesional si tiene problemas. La línea telefónica nacional de PANDA (Ansiedad y Depresión Perinatal) es el único servicio de ayuda gratuito de Australia para mujeres, hombres y sus familias afectados por la ansiedad y la depresión perinatal. Consejeros altamente cualificados y atentos pueden ayudarle a superar sus problemas. Llame al 1300 726 306 entre las 9 y las 19.30 horas de lunes a viernes (AEST/AEDT).