Cómo comenzar la alimentación infantil complementaria
Aunque te parezca mentira, la única premisa que debes tener en cuenta para comenzar la alimentación infantil complementaria es hacerlo fácil. Piensa que, da igual que empieces por la fruta o las verduras, con todos los alimentos triturados o en trozos sólidos… Al final, un bebé terminará comiendo solo en la edad adulta.
A veces el momento de la comida puede resultar desesperante, especialmente, cuando tu hijo no es de buen comer, pero debes intentar no perder nunca la paciencia y fiarte de un mecanismo muy valioso: su hambre. Recuerda que los niños comen por necesidad, no por obligación, por eso no es bueno obligarles ni forzarles a comer cuando no quieren.
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Hay que permitirles que poco a poco vayan acostumbrándose a los nuevos alimentos y que cada uno lo haga a su ritmo. Por supuesto, no hay que engañarles ni amenazarles porque lo único que consigues es generar rechazo hacia algunos alimentos y convertir el momento de la comida en un momento temido por él (y también por vosotros).
Para comenzar la alimentación infantil complementaria es fundamental que les dejes experimentar. Eso significa que cogerá la comida con las manos, se manchará entero, incluso lo más seguro es que también te manche a ti, tirará la comida al suelo… Aunque ahora tengas que pasar algunas malas conductas por alto y reforzar las buenas, la mejor manera de aprender es experimentando.
Existen diferentes guías o libros que te indican los pasos que debes seguir para comenzar la alimentación infantil complementaria, pero no debes tomártelos al pie de la letra. Cada niño es único y tiene su propio ritmo. Aunque todavía sean pequeños y no hablen, no debes preocuparte porque te harán saber cuándo tienen hambre e incluso qué alimentos les gustan y cuáles no.