La alimentación infantil durante un viaje
Los viajes suponen siempre un cambio de rutina que afecta de forma considerable a los niños. Te contamos cómo hacer para que la alimentación infantil durante el viaje no te resulte un problema.
Si tu bebé sólo toma lactancia materna, la comida la tienes totalmente resuelta porque no necesitas nada más para alimentar a tu hijo. Si toma biberón, tienes que contar con llevar la leche en polvo y agua embotellada (según el lugar de destino) y un calienta biberones o termo.
Problemas durante la alimentación infantil
Cenas durante la alimentación infantil
Las complicaciones comienzan cuando va siendo más grande pero no lo suficiente como para comer exactamente igual que un adulto. Si toma sólido puedes ofrecerle durante el trayecto alimentos que no necesitan preparación como galletas, fruta, pavo o queso, pero si toma comida totalmente triturada deberás tenerlas ya hechas y bien conservadas. En el caso de la papilla de frutas, resulta un poco más complicado porque, aunque la conserves en frío, no puede pasar apenas tiempo entre que la preparas y se consume ya que se oxida. Si le gustan los potitos de frutas, siempre es una solución; sino, ese día ofrécele un yogur. Para las comidas y las cenas, en función del trayecto que te toque de viaje, lo recomendable es guardar en la bolsa potitos de diferentes sabores por si acaso ese día rechaza algún alimento.
Para que la alimentación infantil durante un viaje te resulte lo más sencillo posible, ten siempre en cuenta la duración del trayecto y el destino. Tal vez puedas parar en alguna farmacia de camino y no necesites llevar demasiados bultos o, por el contrario, lo mejor es que lo lleves ya todo organizado. Por otro lado, suele ser habitual, especialmente si son menores de 2 o 3 años, que duerman durante un buen rato si viajas en coche. Para cada dos horas, aunque tengas que despertarle, siempre es recomendable hacer descansos cuando conduces y además puedes aprovechar para darle agua, cambiarle el pañal o que tome algo.