5 consejos para que una familia mixta funcione

Fusionar dos familias en una sola no es tarea fácil. Requiere paciencia y esfuerzo por parte de todos los padres e hijos, independientemente de su edad.  Las familias mixtas pueden tardar varios años o más en encontrar un ritmo que resulte cómodo para todos. Los primeros años pueden ser especialmente difíciles. No sólo es estresante dar la bienvenida a un nuevo cónyuge, sino que incluir nuevos hijastros, nuevas normas, nuevos horarios, exigencias, tradiciones, etc., puede ser igualmente desafiante. Pero crear un entorno cómodo y afectuoso no es imposible. ¿Qué puede hacer para que la mezcla de dos familias sea más fácil? Prueba estas estrategias:

UN POCO DE PACIENCIA DA PARA MUCHO

Hacer que tu familia mixta florezca no puede hacerse de la noche a la mañana. Crear un hogar propio y tratar de establecer una conexión entre dos o más hogares requiere mucha comprensión entre los miembros de la pareja, que tienen que reparar los problemas no resueltos de su anterior matrimonio, e igualdad y respeto a la hora de gestionar el comportamiento de sus hijastros. Los niños pequeños pueden aferrarse desesperadamente al ex cónyuge, negándose a separarse a la hora de dejarlos. Y los mayores pueden alejarse tanto física como emocionalmente, e incluso sentirse culpables por querer a un hijastro. La paciencia es clave, ya que los niños de todas las edades necesitarán un tiempo para adaptarse a la nueva dinámica familiar. Durante este periodo de adaptación, los adultos deben mostrar paciencia y esforzarse por establecer un vínculo con sus hijastros. Siéntese a construir LEGOs o a lanzar una pelota con los más pequeños; asista a los juegos y partidos de los mayores o hagan juntos recetas que les gusten a todos. Apóyale mostrando interés por sus actividades y amigos y, con el tiempo, te dejarán entrar en sus vidas. Recuerda que estás ahí para construir una relación poco a poco, no para ejercer de padre o madre de tu hijastro.

Mantén abiertas las líneas de comunicación

La comunicación abierta para toda la familia es muy importante. Pero si la mayor parte de las discusiones se producen en forma de discusión, hay que dar unos pasos atrás y reevaluar cómo se intenta transmitir el mensaje. Eso significa vigilar el tono de las conversaciones y ser muy sensible a lo que les ocurre a las otras personas de la relación, especialmente a los niños. Aunque no se puede obligar a los hijastros y a los padrastros a quererse, sí se puede establecer una expectativa de comportamiento y comunicación considerados. La comunicación respetuosa es aún más importante en una familia mixta porque hay muchas dinámicas y personalidades nuevas que intervienen. Aunque algunas conversaciones sólo deben tener lugar entre los padres, hay que fomentar las reuniones familiares y las charlas para que todos los implicados sientan que tienen voz y voto en lo que ocurre. Y no espere a que surjan cosas negativas. Fomente también las discusiones positivas para que los miembros de la familia mixta no teman inmediatamente las reuniones familiares.

Establezca reglas básicas y estrategias de disciplina

Cuando se trata de criar a los hijos de matrimonios anteriores, todas las familias experimentan desafíos. Especialmente cuando se trata de adaptarse a un nuevo régimen de vida. Hable con su pareja sobre el grado de implicación en la disciplina de sus hijastros. Esto puede ser complicado porque tienes que asegurarte de no ser demasiado padre. Por ejemplo, usted puede pensar que el tiempo fuera es una herramienta disciplinaria eficaz, mientras que su pareja puede sentir que es una salida débil. Establece normas y límites que se ajusten a los principios de crianza que tú y tu pareja acordéis. No des por sentado que tu estilo de disciplina será el adecuado para tus hijastros. Es importante que hables con tu pareja sobre los métodos que existían antes de que te unieras a la familia. Es injusto cambiar las normas de un niño de la noche a la mañana y esperar que las cumpla.

Pasar tiempo separados

A veces, la mejor manera de ayudar a tu nueva familia mixta es pasar tiempo separados. Los padres y los hijos necesitan pasar tiempo a solas sin el padrastro o la madrastra. Esto ayuda a reducir el desplazamiento y la pérdida que pueden sentir los niños, y les asegura que no han sido desplazados por otra persona. Y la pareja necesita tiempo a solas sin los niños. A la inversa, el padrastro o la madrastra y el niño necesitan pasar tiempo a solas sin el padre biológico, lo que permite a cada persona de la familia ensamblada obtener lo que necesita del otro. Reforzar los vínculos individuales en la familia ensamblada ayudará a fortalecer la familia ensamblada en su conjunto. Esperar los fracasos

Esperar que haya baches y hacer los ajustes necesarios

Una familia ensamblada no es un punto de partida donde el otro matrimonio lo dejó. Es una nueva creación con nuevos actores y nuevos parámetros y, por tanto, necesita nuevas reglas. En lugar de intentar encajar a las nuevas personas, lugares y situaciones en el viejo molde, diseñe algo nuevo. Esto puede lograrse mediante el método de ensayo y error. Y no veas los errores como fracasos, sino como bloques de construcción para crear una base sólida para toda la familia. Es posible que los niños pongan a prueba el control que tienen y traten de enfrentar a ambos padres o se esfuercen por crear tensión. No te lo tomes como un ataque personal o una señal de que tu familia ensamblada está condenada. Trabaja con el flujo y el reflujo de la familia ensamblada. Habrá momentos en los que nuestros esfuerzos por hacer que nuestra familia ensamblada funcione serán insuficientes. No es el momento de echarse atrás. Sé coherente. No pierdas de vista el objetivo, discute los problemas con tu pareja en privado, afirma las reglas de la casa y da espacio y tiempo para que todos se adapten y ajusten dentro del nuevo entorno.

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