Descansar la cara de la bomba es real
Girls Girls Girls acaba de publicar la que debe ser la foto con sacaleches más glamurosa de todos los tiempos. En un editorial para la revista de moda indie, Rachel McAdams posa con una chaqueta de Versace, una cuerda de diamantes de Bulgari, un sujetador de Fleur du Mal y un sacaleches en funcionamiento. La actriz mira fijamente a la cámara mientras se extrae leche para su hijo, y su expresión es un ejemplo perfecto de cara de sacaleches en reposo.
En Instagram, la fundadora de Girls Girls Girls, Claire Rothstein, explicó que McAdams, que había dado a luz a su hijo seis meses antes de la sesión, todavía estaba amamantando y necesitaba descansos para sacarse leche. "Tuvimos un desacuerdo de apreciación mutua sobre de quién fue la idea de tomar esta foto", escribe Rothstein, "pero todavía estoy segura de que fue de ella, lo que me hace amarla aún más".
Ver esta publicación en InstagramEl "triángulo de la muerte" es el único lugar de la cara donde nunca, jamás, debes reventar granos
La lucha por la lactancia materna es real
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La lactancia, por desgracia, es un proyecto que hay que atender cada pocas horas; si no te sacas la leche de alguna manera, te duelen los pechos y corres el riesgo de sufrir una infección. Si pasas demasiado tiempo sin sacarte la leche o sin amamantarla, es posible que tu producción disminuya y nunca se recupere. Además, está la razón por la que te extraes leche en primer lugar: la necesidad de acumular más leche para cuando estés lejos del bebé. (Estoy muy familiarizada con esto, ya que he amamantado y extraído leche para dos niños en los últimos cinco años). La Academia Americana de Pediatría recomienda alimentar a los bebés sólo con leche materna durante los primeros seis meses, y luego seguir ofreciéndoles leche materna hasta que cumplan un año. Todo esto es para decir: Si das el pecho y necesitas (o quieres) pasar más de unas horas lejos de tu hijo, tienes que hacer descansos para sacarte la leche.
"Dar el pecho es lo más normal del mundo y no puedo imaginarme por qué o cómo se frunce el ceño o se tiene miedo", escribe Rothstein, y añade: "Nota al margen: no me veía ni de lejos tan fabulosa cuando daba el pecho o sacaba leche. Y eso también está bien".
Yo tampoco lo hice. Pero lo que me encanta de esta imagen es que, a pesar de todo el glamour, parece real, sobre todo gracias a la mirada de acero de McAdams. Resulta que el ceño fruncido de la alta costura tiene mucho en común con la cara que pones cuando intentas sacarte la leche del cuerpo en la sala de descanso de una oficina helada.