10 Señales de que tu hijo se siente presionado a ser perfecto
Hay una gran diferencia entre un niño que da lo mejor de sí y uno que se esfuerza por la perfección. Aunque ambos pueden parecer similares, provienen de motivaciones diferentes. Un niño ambicioso y trabajador entiende que cometer errores es parte del proceso. Pero un niño que siente la presión de ser perfecto a menudo está impulsado por un miedo al fracaso y una profunda necesidad de validación externa.
“Todos queremos que nuestros hijos se esfuercen, se preocupen por su trabajo y se sientan orgullosos de sus logros”, dice Jennifer Breheny Wallace, autora de Never Enough: When Achievement Culture Becomes Toxic—And What We Can Do About It. “Pero en la cultura obsesionada por el éxito de hoy, muchos niños están interiorizando el mensaje de que quienes son no es suficiente; es lo que producen, cómo se desempeñan o cómo son vistos lo que les otorga valor.”
Si esto suena como algo con lo que tu hijo lucha, sigue leyendo. A continuación, expertos comentan sobre los signos más comunes de que tu hijo se siente presionado a ser perfecto, qué lo causa, cómo afecta su salud mental y qué puedes hacer para ayudar.
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Según Evita Limon-Rocha, MD, psiquiatra infantil, adolescente y adulto en Kaiser Permanente, la necesidad de ser perfecto a menudo proviene de una mezcla de factores externos e internos. Si sospechas que tu hijo se siente presionado, Wallace y Limon-Rocha dicen que hay algunas señales reveladoras.
Aquí hay algunos indicadores claros de que tu hijo puede estar luchando con el perfeccionismo:
- Dedican más tiempo del esperado a completar tareas: Limon-Rocha dice que un ejemplo podría ser un niño que pasa horas coloreando porque quiere que esté perfecto. O pueden negarse a pasar a otras tareas como comer o bañarse hasta que la tarea en la que están trabajando esté “perfecta”.
- Se involucran en una autocrítica excesiva: Según Wallace, los niños que luchan con el perfeccionismo pueden desestimar los elogios, centrándose en errores menores. Pueden incluso decir cosas como “soy tan estúpido” por algo trivial.
- Expresan la necesidad de que las tareas sean perfectas: Si tu hijo lucha con el perfeccionismo, según Limon-Rocha, puedes escuchar a menudo a tu hijo expresando la necesidad o el deseo de que las cosas sean perfectas.
- Evitan desafíos: Aunque este comportamiento puede parecer pereza, Wallace señala que si tu hijo se niega a intentar algo nuevo o se rinde cuando se vuelve difícil, esto podría deberse a que temen fracasar o sienten la necesidad de ser perfectos.
- Tienen crisis o episodios de ira o llanto: Limon-Rocha dice que un niño perfeccionista puede exhibir emociones fuertes si la actividad o tarea no se completa perfectamente. Estos episodios pueden volverse más frecuentes y ocurrir a diario.
- Procrastinan en su trabajo escolar u otras tareas: Irónicamente, dice Wallace, los perfeccionistas a menudo posponen las cosas, no porque no les importe, sino porque el miedo a no hacerlo “bien” es abrumador.
- Muestran una dependencia excesiva de los elogios: Según Wallace, si tu hijo necesita constantes reafirmaciones y se siente destruido por cualquier cosa menos que un A, puede estar atando su autoestima a la aprobación externa.
- Tienen problemas para dormir: Limon-Rocha explica que los niños que luchan con el perfeccionismo a menudo rumiando en la cama, preocupándose por lo que no hicieron perfectamente o cómo podrían arruinar el día siguiente.
- Muestran un cambio en sus hábitos alimenticios: Algunos niños pueden comer más o menos como una forma de afrontar el estrés relacionado con el perfeccionismo. Los cambios en el apetito pueden ser uno de varios signos físicos de que tu hijo se siente presionado a ser perfecto.
- Tienen expectativas extremadamente altas: No solo estas expectativas son difíciles de alcanzar, en algunos casos pueden ser completamente irreales.
Típicamente, no hay una única causa detrás del perfeccionismo en los niños. Según Limon-Rocha, varios factores estresantes en la vida, como empezar una nueva escuela, ser acosado, perder una mascota querida o tener un familiar con problemas de salud, pueden activar tendencias perfeccionistas. Transiciones difíciles como el divorcio de los padres o la pérdida de un ser querido también pueden tener un impacto, dice ella.
¿Cómo puede impactar el perfeccionismo la salud mental?La continua búsqueda de la perfección no solo impulsa el logro, sino que puede erosionar silenciosamente el bienestar mental, dice Alex Huffmaster, LMSW, trabajador social licenciado. “Los niños que asocian su autoestima con un rendimiento impecable a menudo viven en un estado de estrés crónico, temiendo los errores como fracasos personales en lugar de pasos naturales en el aprendizaje.”
Con el tiempo, esto puede llevar a ansiedad, agotamiento o incluso depresión, a medida que la presión para ser perfectos se vuelve agotadora e inalcanzable. Emocionalmente, dice, el perfeccionismo puede manifestarse como una autocrítica dura, evitación de desafíos o pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban.
“Socialmente, el perfeccionismo puede tensar las relaciones, ya que el miedo a quedar corto puede volverlos demasiado defensivos o reacios a intentar cosas nuevas”, dice. “Si se deja sin control, este ciclo puede eclipsar la alegría del crecimiento, reemplazando la curiosidad con temor.”
Señales de que tu hijo puede necesitar ayudaSegún Limon-Rocha, el perfeccionismo puede afectar el bienestar emocional y físico de un niño. Aquí hay algunas señales a las que debes estar atento:
- Cambios en los hábitos de sueño y alimentación
- Cambios de humor como irritabilidad o enojarse más rápido
- Episodios de llanto que parecen desproporcionados a sus estresores
- No interactuar con amigos o familiares
- Aislamiento
- Pérdida de interés en las cosas que normalmente disfrutan
- Incapacidad para concentrarse o enfocarse
- Quejas de síntomas físicos como dolores de cabeza o estómago
- Episodios de pánico o ansiedad
- Quedar atrás en la escuela
“Si piensas que el bienestar de tu [hijo] está siendo afectado por su deseo de ser perfecto, como psiquiatra y madre, recomiendo conseguir ayuda de inmediato”, dice Limon-Rocha.
Cada padre quiere que su hijo trabaje duro y dé lo mejor de sí, pero también debe asegurarse de que tengan una relación saludable con el logro. La respuesta a este equilibrio es asegurarse de que tu hijo tenga un profundo sentido de que es valorado por quien es, explica Wallace.
A continuación, Wallace explica cómo los padres pueden ayudar:
- Separa el valor de tu hijo de sus logros. Intenta decir “me encanta verlo intentar” o “trabajaste muy duro”, en lugar de enfocarte en el resultado.
- Modelo la imperfección. Deja que tus hijos te vean cometer errores, reírte de ti mismo y recuperarte. “Muéstrales que ser humano es el objetivo, no ser perfecto”, dice Wallace.
- Ofrece empatía primero. Cuando están molestos por una mala nota o un objetivo no cumplido, escucha antes de guiar, dice. Decir “eso suena realmente decepcionante” primero permite conectar con tu hijo.
- Crea espacio para el descanso y el juego. El tiempo no estructurado no es un lujo, es una necesidad para desarrollar creatividad, resiliencia y salud mental, dice Wallace.
- Refuerza su sentido de pertenencia. Ella sugiere preguntar su opinión y permitirles ayudar de maneras significativas. “Muéstrales que son necesarios...porque el mundo necesita sus talentos”, dice Wallace.
- Apoya la perseverancia y la pasión por los objetivos a largo plazo: Apoya el esfuerzo sostenido y una mentalidad de crecimiento en lugar de las calificaciones o el logro por el mero hecho de lograr.
También, reconoce que el perfeccionismo a menudo oculta miedos profundos: a no ser lo suficientemente bueno, a decepcionar a otros y a perder el control, añade Huffmaster. “Pero la infancia debería tratarse de curiosidad, crecimiento y alegría, no de un juicio implacable.”
Habilidades que los niños necesitan para evitar la trampa del perfeccionismoSegún Huffmaster, los niños atrapados en las garras del perfeccionismo a menudo necesitan orientación suave para desarrollar una relación más saludable con el logro. La clave radica en ayudarles a entender que la excelencia y la autocompasión no son opuestos, son socios en el crecimiento, dice ella.
“Comienza por replantear lo que significa el éxito”, dice Huffmaster. “En lugar de perseguir la impecabilidad, anímalos a centrarse en el progreso y en dar lo mejor de sí. Enséñales a preguntar: ‘¿Di lo mejor que pude bajo estas circunstancias?’ en lugar de ‘¿Fue esto perfecto?’”
Otras habilidades que puedes ayudarles a aprender incluyen:
- Dividir tareas más grandes en pasos más pequeños y manejables. Esto puede prevenir la abrumación y hacer que los objetivos se sientan más alcanzables.
- Desarrollar un diálogo interno positivo. Anímales a practicar frases como ‘Los errores me ayudan a aprender’ o ‘Estoy orgulloso de haberlo intentado’.
- Adoptar el concepto de 'suficientemente bueno'. Según Huffmaster, algunos días, lo mejor que pueden hacer puede verse diferente, y eso está perfectamente normal.
- Reconocer que la persistencia importa más que la perfección. Hazles saber que siempre que estén trabajando duro y intentando dar lo mejor de sí, eso es suficiente.
“Al nutrir esta mentalidad equilibrada, los niños pueden perseguir sus objetivos con dedicación mientras mantienen la autocompasión cuando las cosas no salen como estaban planeadas, una habilidad que les servirá bien a lo largo de la vida”, dice Huffmaster.