Qué hacer cuando el niño se niega a sentarse en la trona
Es habitual que los niños rechacen muchas cosas durante los primeros años de vida. Tal vez les has cortado mal el bocadillo o querían el plato azul, no el blanco. Algunos de nuestros pequeños incluso tienen rabietas cuando llega la hora de sentarse en la trona. Sin embargo, el desayuno, la comida y la cena no tienen por qué convertirse en campos de batalla. Sigue leyendo para descubrir por qué los niños pequeños pueden rechazar la trona y qué puedes hacer cuando tu pequeño se niega a sentarse en su sitio especial en la mesa.1
Por qué un niño pequeño se
niega a sentarse en su tronaSi su hijo pequeño se niega a sentarse en su trona, es probable que sea por una de las muchas razones siguientes:
No les gusta estar confinados en su trona. Los niños pequeños ansían independencia y libertad, y estar atados a un sitio del que no pueden ir y venir a su antojo no les permite ni lo uno ni lo otro. Es esencial que los niños puedan moverse libremente y sin interrupciones, y la trona a veces puede interponerse en su deseo de mover el cuerpo y hacer que se nieguen a sentarse en ella.2
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Se aburren a la hora de comer. A la inversa, puede que les falte estructura a la hora de comer. Nuestros pequeños pueden tener dificultades cuando se sienten frustrados y no pueden expresarse; esto puede ocurrir cuando se sienten aburridos, todavía no están preparados para comer o se sienten inseguros o angustiados debido a una transición a la comida o a una alimentación para la que no estaban preparados.1
Quieren parecerse más a ti. Es decir, sentarse en una silla "normal". Es normal que los niños imiten a la gente que les rodea y quieran replicar lo que ven, lo que puede llevar a que los pequeños se nieguen a sentarse en sus tronas.3
Algunos niños aún no están preparados para sentarse sin ayuda en una trona. Esto podría deberse al estrés musculoesquelético (músculos y huesos).4
¿Qué se puede hacer cuando un niño pequeño se niega a sentarse en la trona?
Aunque la solución para cuando un niño pequeño se niega a sentarse en la trona varía de un niño a otro, hay algunas medidas que puedes tomar para asegurarte de que tu pequeño se quede sentado el tiempo suficiente para ingerir sus nutrientes diarios. Si tu hijo se niega a sentarse en la trona, prueba los siguientes consejos para volver a la senda de las comidas seguras y productivas para todos.
Volver a lo básicoComprueba dos veces si tu hijo está bien sujeto y cómodo en su trona. Con el tiempo y a medida que los niños crecen, es necesario ajustar las correas de la trona, y tal vez el soporte para los pies, o su hijo pequeño podría negarse a sentarse en su trona. Es menos probable que los niños se sienten con firmeza y seguridad cuando no se mantienen los ajustes. Para los que no tienen reposapiés, un reposapiés genérico desmontable puede suponer una gran diferencia en cuanto a comodidad y seguridad del niño.5
Consiga consistenciaCuando los niños pequeños saben qué esperar de los componentes habituales de su día, pueden adoptar hábitos más fácilmente que si las rutinas cambian constantemente. Incluso si parece que su pequeño ser humano sólo quiere picar algo en el suelo del salón delante de sus dibujos animados favoritos (¡sin juzgarle!), nunca es demasiado tarde para establecer unas expectativas claras para la hora de comer -incluida la disposición de los asientos- y mantener los límites en torno a esas expectativas. Unas expectativas claras y la coherencia pueden ayudar a evitar que un niño pequeño se niegue a sentarse en su trona.6
Predica con el ejemploSi tu hijo pequeño te ve comer con frecuencia fuera de tu sitio en la mesa del comedor -o simplemente levantarse y sentarse a menudo durante las comidas-, probablemente será más consciente de la tentación de abandonar también su sitio y se negará a sentarse en su trona. Por otro lado, si te ven sentarte sistemáticamente a comer en una zona específica, se darán cuenta de que existen normas familiares para las comidas en las que se espera que todos participen.3
Haz que tu hijo invierta en su espacio para comerYa sea permitiéndole elegir un nuevo y divertido juego de platos, vasos y utensilios o encargándole la importantísima "tarea" de limpiar su bandeja antes y después de las comidas, deja que tu pequeño se apropie de su trona, en lugar de negarse a sentarse en ella. A los niños pequeños les encanta sentirse "dueños" de las cosas. Aprovéchate de ello para mejorar la relación con la trona.1
En otras palabras, deje que su pequeño se ensucie mientras está en su trona para evitar que se niegue a sentarse en ella. De este modo, se satisfacen las necesidades sensoriales y táctiles y se crea un entorno seguro para explorar distintos sabores, texturas y alimentos. Es lógico que la trona sea un lugar más agradable cuando es así.7
Ten cuidado con el tiempo que pasan en la tronaA nadie le gusta estar sentado mucho tiempo, ¿verdad? Los niños pequeños tienen mucha energía que no pueden contener durante mucho tiempo y esto puede hacer que se nieguen a sentarse en la trona. Ayuda a tu pequeño a bajarse de la trona en cuanto termine de comer y fomenta actividades ricas en movimiento antes de cada sentada para mantener alejados los meneos el tiempo suficiente para que se sacien.2
Deja espacio para la flexibilidad y las modificacionesAlgunos niños pequeños nunca preferirán estar en una trona, y no pasa nada. Puede que quieran probar algo más parecido a lo que te ven a ti o a un hermano, o puede que deseen un espacio menos restrictivo para centrarse más en comer y menos en retorcerse. El objetivo es encontrar lo que mejor se adapte a ti y a tu familia. Las torres de aprendizaje, los asientos elevadores, las mesas y sillas infantiles e incluso las sillas "grandes" (para adultos) son opciones viables cuando la trona no es suficiente.
Si tienes un hijo pequeño, ya sabes lo difíciles que pueden ser estos años. Conseguir que coopere durante las comidas no es una excepción. Aunque es normal que un niño pequeño se niegue a sentarse en su trona, hay formas de hacer que la mesa familiar sea más agradable para todos.