Una valiente madre arrancó una serpiente del motor del coche de su hija en un solo día de trabajo.
Nicole Graham y su marido, Mike, no son ajenos a las serpientes, pues son copropietarios de The Garden Hen, una empresa de Texas que enseña a la gente a convertirse en criadores urbanos de pollos. Parte de su trabajo consiste en limpiar los gallineros, un imán para las serpientes que se alimentan de huevos.
Con 14 clientes a jornada completa y un problema de salud -en enero, a Graham le diagnosticaron un tumor benigno de hipófisis que le ha causado problemas de visión-, su hija Haylie, de 18 años, la ha llevado y traído de los trabajos.
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Comprensiblemente, un reptil no era gran cosa.
El 4 de abril, Graham estaba limpiando dos gallineros en Burton, cuando una serpiente asomó la cabeza de entre un montón de heno.
"Me dije: 'Bueno, hola'", dice.
Inmediatamente la reconoció como una serpiente rata, un reptil no venenoso común en Texas que suele alimentarse de huevos de gallina.
Graham calculó que la serpiente en cuestión medía más de metro y medio.
Afortunadamente, Graham llevaba guantes y un palo largo, con el que apartó el heno y agarró la cola.
"La mayoría de las veces, no conviene ir hacia la cabeza porque si se alarman o se asustan, tienen tendencia a atacar", dice. "Lo bueno de las serpientes rata es que no suelen ser agresivas".
Graham utilizó el palo para sostener el cuerpo de la serpiente y llevarla al exterior, donde pensaba liberarla en torno a la linde del bosque.
Cuando Graham se encontraba a unos 3 metros del Mini Cooper de Haylie, la serpiente se soltó, cayó al suelo y se deslizó rápidamente por el hueco de la rueda.
"Sucedió muy rápido", recuerda. Previendo que la serpiente se enroscaría en el motor caliente, abrió el capó del coche de su hija mientras Haylie filmaba desde fuera.
"Ven aquí", le dice Graham a la serpiente en el vídeo, mientras la aparta suavemente del motor. "Cariño, no quiero hacerte daño".
"Dios mío, Dios mío", exclama la adolescente.
Graham liberó a la criatura cerca del bosque y continuó con su jornada.
La hazaña fue un ejemplo de la autosuficiencia de traspatio (jardinería, cría de pollos, educación sobre el ciclo vital) que Graham inculca tanto a sus clientes como a sus hijas.
"Mis hijas pequeñas no conocen nada diferente", dice. "Tenemos gallinas en el patio y un huerto. Hay mucho que aprender de ello".