Creando malos hábitos para el bebé: Los mitos que perjudican a las nuevas mamás
Es exasperante y desgarrador el número de madres primerizas que escuchan las palabras "Estás creando malos hábitos para el bebé" cuando se trata de sus elecciones de crianza.
Las palabras parecen bastante inocentes, pero decírselas a alguien que se está adaptando a su nuevo papel de madre, navegando por la privación del sueño, las hormonas, una montaña rusa de emociones y curándose del parto, mientras hace lo mejor que puede para cuidar y nutrir a una persona diminuta, es totalmente irresponsable, dañino e incorrecto.
El consejo de "crear malos hábitos" puede venir de la familia, de los amigos o de los profesionales, y tiene que acabar.
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Hay que poner fin a esta desinformación, ya que hace que las madres dejen de escuchar y confiar en su instinto.
Cuando un bebé llora, cada fibra de su ser y de su evolución le dice a los padres que lo calmen. Están programados para responder a su bebé con amor y empatía.
Por lo tanto, decirle a una madre primeriza que su cableado duro es "erróneo", que responder a las necesidades de su bebé con amor y compasión puede dañar su desarrollo de alguna manera es más que perjudicial.
Creando malos hábitos para el bebé: Los mitos que perjudican a las madres primerizas
He aquí un puñado de "malos hábitos" que se les dice a las nuevas mamás que dejen de hacer, seguidos de las pruebas para acabar con este ridículo mito de una vez por todas.
Mito: "Se crea un mal hábito al mecerlos o hacerlos saltar para que se duerman
Verdad: Los bebés se calman con el movimiento, y la neurociencia lo avala. El rebote estimula el sistema vestibular, que es el primer sistema sensorial que se desarrolla plenamente en los bebés. Se trata de un complejo camino de cámaras que conforman el oído interno, y controla el sentido del movimiento y el equilibrio. Las investigaciones han sugerido incluso que estimular el sistema vestibular como método para calmar a los bebés es más eficaz que otras técnicas.
Mito: "Estás creando un mal hábito al darles de comer para dormir
Verdad: La leche materna y la fórmula contienen muchas propiedades destinadas a inducir el sueño. Durante la lactancia, la mamá y el bebé liberan una hormona llamada colecistoquinina (CCK), que tiene un efecto sedante, entre otras hormonas somníferas. Estar acurrucados con sus cuidadores para darles el pecho o el biberón estimula la liberación de oxitocina, la "hormona del amor", que favorece el sueño y el vínculo afectivo. No tiene sentido ir en contra de este proceso natural de inducción del sueño intentando calmar al bebé de otra manera.
Mito: "Estás creando un mal hábito al cogerlos mientras duermen la siesta".
Verdad: Los bebés humanos necesitan estar cerca de sus cuidadores desde una perspectiva evolutiva. Somos "mamíferos portadores", lo que significa que los bebés nacen completamente dependientes de su madre para alimentarse, calentarse y estar seguros. Su supervivencia depende de ello. Si los bebés tuvieran la palabra, la mayoría se sentirían más tranquilos, llorarían menos y se sentirían más seguros en brazos de sus padres para las siestas de contacto o en un portabebés para dormir.
Mito: "Compartir la cama crea un mal hábito
Verdad: Los humanos han compartido espacios para dormir desde el principio de los tiempos. Es biológicamente normal, saludable e instintivo. Hoy en día, la práctica de compartir la habitación o la cama con un bebé sigue siendo muy frecuente en todo el mundo. Sin embargo, está mal vista en muchas sociedades occidentales, aunque dormir a un bebé de forma independiente es un concepto moderno. Este artículo profundiza en los beneficios del colecho, así como en la reducción de los posibles riesgos: Compartir la cama con el bebé: Reducción de riesgos y beneficios
Mito: "Estás creando un mal hábito al responder a tu bebé cada vez que llora
HECHO: Los bebés no pueden calmarse solos. Es tan sencillo como eso. El cerebro de un bebé es inmaduro, y la parte responsable del razonamiento y el pensamiento superior está poco desarrollada y no funciona. No tienen la capacidad cerebral de desconectar el estrés, por lo que necesitan la corregulación para calmarse. En otras palabras, necesitan que un cuidador receptivo asuma el papel de su córtex prefrontal hasta que el suyo se desarrolle para ayudarles a regularse con mimos y tranquilidad.
La verdadera razón por la que a las madres se les cuentan estos mitos (pista: es otra falsedad)
Está muy claro que el área de la crianza de los hijos en la que más se escuchan estos consejos obsoletos es en referencia al sueño del bebé.
La premisa que subyace a estas afirmaciones de "mal hábito" es que apoyar a un bebé para que duerma significará que no aprenderá a dormir sin la intervención de los padres o, en otras palabras, a "autolimitarse".
Esto es lo que pasa con el autocontrol.A los bebés no se les puede enseñar ni entrenar para que se duerman solos. El momento en que ocurre depende del desarrollo y el temperamento de cada bebé.
Un bebé se dormirá sin la intervención de un adulto cuando esté biológicamente y evolutivamente preparado para ello. Esto puede ser hasta bien entrada la infancia e incluso más allá para algunos pequeños.
Lo que los bebés aprenderán con estos supuestos malos hábitos es que se les quiere, se les ve, se les cuida y que pueden confiar en los adultos de su vida.
Estas experiencias y relaciones tempranas forman el cerebro del bebé, por lo que confiar en sus instintos es la parte más importante de la crianza. No solo están criando a su bebé de la forma en que la naturaleza lo concibió, sino que están ayudando a formar al adulto en el que se convertirá.
Es hora de dejar de decir a los nuevos padres que están creando malos hábitos. Las futuras generaciones dependen de ello.