Por qué todas las madres necesitan un "pase para gemelos"
"Soy madre de dos niños pequeños" es una frase que utilizo a menudo cuando escribo. Es una afirmación verdadera, pero también es la tarjeta definitiva para salir de la cárcel como madre. He visto, en tiempo real, cómo las caras de desaprobación y juicio se convertían en empatía y comprensión al saber que tengo gemelos.
¿Has tenido una cesárea? Gemelos. ¿No has descubierto cómo dormir más de dos horas seguidas, y mucho menos establecer una filosofía al respecto? Gemelos. ¿No hay fin de los pañales a la vista y tus hijos están a punto de cumplir 4 años? Lo has adivinado. Gemelos. Tanto si el tema es el parto, la lactancia, la disciplina o el control de esfínteres, obtengo un asentimiento comprensivo donde otros podrían obtener una mirada de reojo.
Sé que es difícil de creer, pero la gente tiende a darme un pase en las cosas cuando ven que tengo más de un hijo en la misma etapa de desarrollo.
Cuando llevo a mis hijos a un aeropuerto, a una tienda o a un gimnasio, oigo cosas como "¡Vaya! Tienes las manos llenas", "gran trabajo, mamá" o mi favorito: "debes ser una supermujer". En más de una ocasión, un perfecto desconocido ha pagado mi cuenta de Starbucks.
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Mientras todo el mundo se dedica a elevar sus estándares de crianza, yo me he quedado en un punto intermedio.
Los padres de niños solteros están preocupados por si el pequeño Jimmy o Jenny está en el punto de mira, viendo demasiada televisión, recibiendo suficiente estimulación mental y física para su edad, o convirtiéndose en adolescentes bien adaptados, y yo estoy feliz de haberme duchado y lavado los dientes.
Las madres de hijos únicos se preguntan si han encontrado el método de crianza correcto, y yo me alegro de haber conseguido ir al supermercado y volver en un día sin olvidar a un niño. Ellas comparan su cuerpo después del parto con otros, y yo me ato la "piel de gemelo" con una faja y lo doy por bueno.
No es que no tenga normas. Antes de saber que estaba embarazada de gemelos, tenía muchas normas.
También tenía el embarazo y la paternidad resueltos. El parto iba a ser "natural" e indoloro, iba a recuperar el peso que tenía antes del embarazo en pocas semanas y mi exótica agenda de viajes continuaría con el bebé a cuestas como Angelina de Arco.
Luego llegó la realidad y, en aras de la cordura, aprendí a ajustar mis estándares a lo que yo llamo el "paradigma de la crianza de gemelos".
Este enfoque ligeramente más realista pretende mantenerlos vivos, gestionar la higiene personal y reconocer todos los demás logros como la guinda del pastel.
Mientras que otros padres se enfrascan en las preocupaciones habituales del primer mundo, del siglo XXI, sobre la crianza de los hijos; yo he estado en modo de supervivencia. Por cierto, no pretendo tenerlo más difícil cuando se trata de la crianza de los hijos. Tanto si eres madre de un recién nacido, de gemelos, de trillizos o lo suficientemente loca como para tener diez hijos, también estás en modo de supervivencia.
Vivir en una época de perfeccionismo en la crianza de los hijos, de exceso de logros y de sobrecarga de consejos tampoco nos ha ayudado.
¿Por qué necesito una tarjeta para salir de la cárcel? ¿Cómo es que el hecho de tener varios hijos supone una mayor indulgencia por parte de los demás? Campamentos de padres. Guerras de madres. ¿Eres un padre que se queda en casa o trabajas fuera de ella? ¿Padre con apego o padre llorón?
¿Qué importancia tiene el lugar donde trabajo? ¿Y a quién le importa si soy una mamá perfecta de Pinterest o una mamá que no puede esperar hasta que los niños se acuesten para poder abrir una cerveza? Si somos honestos, la mayoría de nosotros sólo estamos tratando de averiguar cómo amar a nuestros hijos y mantener sus futuras facturas de terapia al mínimo.
Esto de ser madre es duro, y la mayoría de las veces estoy agotada.
Reconozco y acepto con gusto los pases que recibo como madre de gemelos. Pero, ¿no sería bueno que lo hiciéramos extensivo a todo el mundo? A las madres de gemelos y a las de hijos únicos les vendría bien que las juzgaran mucho menos, que las animaran mucho más y que les dieran una buena cantidad de pases para la crianza.
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