El poder del juego: cómo el tiempo al aire libre ayuda a los niños
Durante milenios, los padres han dicho a sus hijos revoltosos que "¡Salgan a jugar!". Al hacerlo, la mayoría no tenía ni idea de que estaban fomentando las habilidades emocionales, cognitivas, lingüísticas y de autorregulación que construyen la función ejecutiva y la aptitud social de los niños, a la vez que mejoran las estructuras cerebrales fundamentales que permiten perseguir objetivos e ignorar las distracciones.
En otras palabras, el juego es necesario para un desarrollo saludable. Así lo afirma un reciente informe publicado en la revista Pediatrics, que describe cómo el juego hace avanzar esas habilidades incluso cuando gestiona el estrés tóxico. Además, se ha demostrado que el juego favorece la formación de relaciones estables y enriquecedoras con los cuidadores que los niños necesitan para prosperar.
Aunque la definición de juego no está clara, los investigadores están de acuerdo en que el juego está motivado de forma natural, utiliza un compromiso activo y da lugar a un descubrimiento alegre. También es voluntario, divertido y espontáneo, sin objetivos extrínsecos.
Por qué el juego al aire libre es importante para los niños
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Hay diferentes tipos de juego, dice la doctora Eileen Kennedy-Moore, psicóloga infantil y autora de Growing Friendships: A Kids' Guide to Making and Keeping Friends. "Algunos juegos son dirigidos por el niño; se trata de explorar", dice. "Un niño pequeño se lleva todo a la boca: tiene curiosidad por el mundo. El juego físico es duro, con niños que corren y mueven su cuerpo. El juego social puede consistir en que un niño observe a otro y juegue con él, lo que se convierte en un juego cooperativo con objetivos compartidos mientras interactúan. El juego de simulación se produce cuando los niños asumen papeles de adultos. Curiosamente, esto ocurre en todas las culturas en momentos específicos del desarrollo, principalmente durante los años de preescolar".
El juego libre permite a los niños conocer sus propias preferencias e intereses, afirma el informe. Pero el juego guiado por un adulto, en el que el niño realiza sus propias acciones, promueve mejor el aprendizaje con un objetivo específico.
Kennedy-Moore está de acuerdo: "El juego guiado por adultos no consiste en que un adulto dé lecciones, sino en que modele a los niños haciéndoles preguntas. Por ejemplo, si un padre y un niño están haciendo un rompecabezas, el adulto puede decir: "Me he dado cuenta de que el color amarillo pasa por aquí. ¿Ves una pieza amarilla?". Hacer preguntas en lugar de dar las respuestas". Esto permite al niño resolverlo -y tener éxito- de forma independiente.
El juego y el estrés están estrechamente relacionados, ya que los niveles altos de juego se asocian a niveles bajos de cortisol. Según el informe, el juego puede ser especialmente importante para los niños en situaciones familiares de mucho estrés.
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Utiliza estos consejos de juego de Kennedy-Moore en el tiempo libre de tus hijos para potenciar el desarrollo social, emocional y mental.
Abandona el dispositivo. No hay un número "correcto" de horas para que los niños jueguen, pero sí que hay que controlar el tiempo de pantalla, dice Kennedy-Moore: "Jugar a un videojuego virtualmente con un amigo no es lo mismo que un juego de pillar, en el que los niños negocian las reglas, cooperan y compiten para pillar al otro".
El juego en solitario es bueno... hasta cierto punto. "El juego en solitario puede ser maravilloso y fomenta la imaginación", dice Kennedy-Moore. "Por ejemplo, a los niños les encanta jugar solos con los Legos". Pero si su hijo siempre juega solo, puede ser una señal de alarma de aislamiento social.
Aproveche el tiempo de juego no estructurado. Los niños dicen: "¡Me aburro!" y los padres saltan al rescate", dice Kennedy-Moore. "Si pueden resistirse, el niño se queja y gime... y, entonces, ocurre algo maravilloso: Los niños piensan en algo que hacer. Es una habilidad vital para seguir su propia curiosidad, entretenerse y gestionar sus emociones."
El juego es lo importante. "El juego es importante y valioso, en sí mismo", dice Kennedy-Moore, "aunque no siempre fomente el desarrollo. El juego es como el arte: hay que apreciarlo".