Ejercicios para niños: cómo trabajar la psicomotricidad gruesa
La psicomotricidad gruesa se encarga de trabajar todas las partes del cuerpo a través de movimientos como pueden ser caminar, saltar, correr, gatear, reptar… y demás actividades que requieren un esfuerzo físico y que fortalecen cada parte del cuerpo que se trabaje. Te contamos a continuación qué ejercicios para niños puedes realizar con el objetivo de trabajar la psicomotricidad gruesa.
Una vez haya empezado a caminar, fomenta que ande de tu mano o estimúlale con sus objetos preferidos para que se mueva e intente alcanzarlos. Cuanto más camine sólo, más equilibrio irá adquiriendo.
Ejercicios para niños: cómo trabajar la psicomotricidad fina
Ejercicios para niños: cómo trabajar su atención
Otro de los ejercicios para niños que puedes realizar si ya tiene más de año y medio es colocar obstáculos o límites en el suelo para que él tenga que ir saltándolos mientras camina, repta, gatea o realiza cualquier movimiento que le permita superar el obstáculo. Esta actividad suelen trabajarla mucho en las escuelas infantiles a través de módulos.
El juego del espejo es otro de los ejercicios para niños que sirven para trabajar la psicomotricidad gruesa. Pídele que se mire a un espejo y que gesticule los movimientos que le vas indicando. O bien, actúa tú mismo como tal y que él imite los gestos que tú haces.
Es muy importante que tus hijos practiquen estos ejercicios para niños desde edades muy tempranas para que fortalezcan sus músculos y adquieran agilidad. Después de los 6 meses los bebés empiezan a realizar movimientos más bruscos, que pueden ser guiados con el objetivo de que los músculos se fortalezcan y con el paso del tiempo tengan mayor facilidad para caminar y correr.
Además, la psicomotricidad gruesa no sólo sirve para el desarrollo físico, sino también para controlar los sentimientos, emociones y pensamientos. Tener control sobre su propio cuerpo, hará que se sientan más seguros de sí mismos y que puedan realizar cualquier tipo de actividad.