Kelly Rowland se sincera sobre la maternidad
Son las 7 de la mañana de un domingo y es difícil saber si Kelly Rowland está realmente cansada o si sólo intenta no despertar a su hijo, Titan, porque su voz, normalmente fuerte, apenas supera el susurro. La ocupada madre ha estado rodando episodios de Empire, de Fox, y presentando un nuevo reality show de BET que se emitirá en abril llamado Chasing Destiny, una búsqueda del próximo gran grupo de chicas. (Obviamente, Rowland sabe un par de cosas al respecto. Su grupo, Destiny's Child, vendió más de 60 millones de discos y ganó tres Grammy).
Mientras su hijo pasa de gatear a andar y a correr, ella trabaja en las canciones de su próximo álbum. Gracias a Titan, dice Rowland, tiene "paciencia y confianza" para compaginarlo todo. "Ahora estoy mucho más relajada", afirma. "Ser madre me hace sentir completa".
Un comienzo intensoAllá por 2014, Rowland estaba eufórica esperando un bebé con su marido y mánager, Tim Weatherspoon. Cuando Titan nació en noviembre con 2,5 kilos de peso, "había mucho amor en la habitación", dice. Todo salió según lo previsto, con su doula y Weatherspoon a su lado. Incluso puso una canción que había grabado llamada "Mommy's Little Baby" y, según cuenta, el mundo se paró para ella. "Me quedé sin habla", recuerda. "Me dejó sin aliento".
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Pero, trágicamente, sólo tres semanas después, la propia madre de Rowland, Doris, sufrió una parada cardiaca y falleció. "Fue un momento duro y emotivo para mí", dice Rowland. "Recuerdo que no quería estar triste por Titan. Quería mantener la compostura porque creo que todo ese estrés y esa pena pueden transmitirse a tu bebé. Saber que Titan me necesitaba y tener eso en lo que concentrarme me ayudó a superarlo".
Finding Her WayAparte del dolor, tenía que enfrentarse a otros retos, uno de ellos la lactancia: "Quería dar el pecho, pero no producía suficiente leche. Me deprimía, y creo que eso limitaba mentalmente mi producción", dice Rowland. Al final complementó la lactancia con leche artificial. Y luego estaba la lucha universal de los padres primerizos por conciliar el sueño: "Incluso cuando el bebé dormía, Tim y yo no lo hacíamos", dice Rowland, "La primera semana, Tim le daba codazos a Titan para asegurarse de que respiraba". Además, "Al principio no tenía un horario de sueño", dice, "pero en cuanto leí que los bebés prosperan con un horario, lo pusimos en práctica".
Aun así, tardó un tiempo en acostumbrarse. Ahora, Titan se duerme a las 8:30 o 9 de la noche y se despierta descansado y feliz", explica, y añade: "Alrededor de los 4 o 5 meses, la familia alcanzó su mejor momento. "Fue entonces cuando empecé a ver sonreír a Titán", dice, "y pensé: 'Debemos de estar haciendo algo bien si está contento'". Recuerda esa primera sonrisa: "Estaba en el cambiador y yo le cantaba una canción tonta: '¡Titán es tan volador! Me miró y sonrió, y se me derritió el corazón".
"Me ponía nerviosa pensar que no tenía paciencia para ser una buena madre, porque antes de Titan no tenía ninguna. Pero ahora soy muy paciente. El versículo de la Biblia 'el amor es paciente' es real", dice. También ha aprendido a dejarse llevar: "Ya no convierto las pequeñas cosas en grandes problemas como antes", explica. "Mi TOC tuvo que salir por la ventana. La maternidad también ha permitido a esta perfeccionista darse un respiro en lo que respecta al peso. Su consejo para otras mamás: "Escribe en tu espejo con pintalabios: 'He tenido un bebé. Soy una superheroína'".
Aunque es duro, Rowland se apunta a clases de spinning y entrena con un entrenador: "La gente piensa que el ejercicio es agotador, pero en realidad te da energía". Si la báscula no registra muchos cambios, aconseja a las nuevas mamás que tengan paciencia: "Se tarda más o menos un año en perder peso. Este último año también ha acercado a Rowland a la que llaman su hermana, Beyoncé, cuya hija acaba de cumplir 4. "Estoy más unida a todas mis amigas que son madres", dice. "Las llamo a todas para pedirles consejo". Ahora, con 14 meses, Titan es un niño pequeño, y Rowland está orgullosa de lo lejos que han llegado tanto él como ella. "Siempre he tenido instintos maternales, pero como madre vas descubriendo cosas", dice. "Ahora confío en mí misma y me siento más fuerte, como si pudiera hacer cualquier cosa".