Los expertos dan consejos para que los niños recuerden sus vacaciones

El verano es sinónimo de viajes para la mayoría de las familias, gracias al prolongado descanso de las obligaciones escolares y deportivas. Pero, ¿pueden algunos niños ser demasiado pequeños para vivir esos grandes viajes que los padres planean y para los que ahorran? Un escritor se hizo esta pregunta cuando se dio cuenta de que su compañero de viaje de 4 años podría no recordar sus vacaciones familiares. Esto le llevó a preguntar a los profesionales qué opinaban.

Según los expertos, hay una buena razón por la que los niños no recuerdan necesariamente los detalles de sus vacaciones infantiles. Sin embargo, ofrecen algunos consejos para cambiar esta situación.

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Los niños no crean recuerdos accesibles hasta los 4 años

La ciencia parece pasar de puntillas sobre la edad exacta a la que los niños empiezan a crear esos recuerdos formativos. Pero el consenso es que no empiezan antes de los 4 años.

"Dado que hay un amplio abanico de momentos en los que los recuerdos a largo plazo comienzan y persisten, es difícil decir con certeza cuál es el momento adecuado para que una familia haga un viaje", explica Rebecca Weksner a The Washington Post. Es psicóloga en Massachusetts, especializada en pediatría y madre de tres niños pequeños. "Un niño puede recordarlo, ya que la experiencia emocional puede haber sido tan fuerte como para crear una huella duradera en la memoria, mientras que para otro puede que no", explicó.

Algunas cosas pueden hacer que los recuerdos sean más duraderos

Según Ryan Sultan, que también habló con el Post, puede hacer algunas cosas para que las vacaciones de su hijo sean más memorables. Es profesor adjunto de psiquiatría clínica en la Universidad de Columbia.

"Para que las experiencias sean más memorables, piense en actividades que respondan a sus intereses", afirma. Señala que los viajes en los que participan en actividades y experimentan estímulos sensoriales pueden dejar una mayor impresión. "Una visita a un museo infantil o a un zoo puede ser más memorable que hacer turismo de forma pasiva".

Los padres y cuidadores deben centrarse también en mantener a sus hijos de buen humor, para que guarden un buen recuerdo de su viaje. El planificador de viajes Tom Marchant explicó al Post que él y su empresa Black Tomato ayudan a los padres en este sentido. "Organizamos experiencias que puedan realizarse en poco tiempo, de modo que se mantenga el asombro del niño", explicó. "Así evitamos que los niños pequeños se molesten y se cansen, lo que podría eclipsar la riqueza de la experiencia".

En otras palabras, evite las largas colas y no programe demasiado. Y sigue las señales de tus hijos cuando ya hayan tenido suficiente por hoy.

Mantén vivos los recuerdos después de llegar a casa

Todos sabemos lo importante que puede ser la repetición a la hora de ayudar a aprender a los niños pequeños. Jessica Sproat, especialista en desarrollo infantil de Vancouver, explicó a The Washington Post que los padres deberían hablar de su viaje después de llegar a casa, sobre todo al comparar lo que han visto mientras estaban fuera con las vistas y sabores de su país. Puso algunos ejemplos para iniciar la conversación, como "Esto es diferente de lo que vimos en..." y "Esto sabe parecido a lo que comiste en....".

"Este proceso de vincular los conocimientos existentes a las nuevas experiencias refuerza las asociaciones cognitivas, ayuda a la transferencia de conocimientos y mejora la memoria", prosigue.

Conversar sobre el viaje, especialmente mientras se evocan recuerdos agradables, puede ayudarles a recordar los buenos momentos vividos. Esto puede facilitar que los niños recuerden su viaje mucho después de que hayas guardado las maletas.

A veces, viajar es algo más que crear recuerdos para su hijo

Viajar con niños pequeños tiene muchas ventajas, además de la oportunidad de ver mundo.

"Viajar ofrece múltiples oportunidades de vivir nuevas experiencias y, por tanto, tiene la capacidad de activar distintas regiones del cerebro", compartió Jessica en su entrevista. "Estas activaciones fortalecen las conexiones entre las neuronas del cerebro y aumentan su capacidad para cambiar y adaptarse en respuesta a nuevas experiencias, lo que conduce a una mayor capacidad de aprendizaje."

No olvidemos los beneficios de una experiencia compartida que los padres llevarán consigo toda la vida. Aunque tu hijo de 2 años no recuerde el viaje de su vida a Disney, ¡tú sí! Tendrás para siempre esa imagen de la primera vez que vieron el Reino Mágico o conocieron a su personaje de película favorito. Y eso puede ser lo único que importe.