Algunas escuelas cancelan los días de nieve: los padres nos sentimos castigados

El canciller escolar de la ciudad de Nueva York anunció a principios de curso que el aprendizaje a distancia sustituirá al tradicional día de nieve. El canciller David Banks mencionó que la "nueva tecnología" aprendida de los protocolos COVID-19 permitirá a los alumnos seguir aprendiendo, incluso durante las tormentas de nieve. Aunque esto podría eliminar la necesidad de añadir días al final del año escolar, no ayuda a los padres que trabajan ni a las familias sin acceso a equipos de calidad o WiFi.

Nueva York no es el único estado que suprime los días de nieve. Colegios de otras partes del país han eliminado los días de nieve o se lo están planteando en favor de días de aprendizaje a distancia.

Odio esta idea. Respeto los pros y los contras de esta "solución" pero, para mí, todo esto parece una estafa.

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La escuela de mi hijo se adapta a su discapacidad, pero no a la mía: el aprendizaje virtual empeoró la situación

De niño rezaba para que hubiera días de nieve. Cada noticia sobre el tiempo invernal que se avecinaba me daba algo que esperar. Mi hermano y yo esperábamos y veíamos cómo el cierre de los colegios aparecía en la parte inferior de la pantalla del televisor para ver si nuestro colegio aparecía en la lista.

Mi hijo mayor sólo está en tercero, así que no tenemos mucha experiencia con cierres de colegios por nieve, en parte gracias también a la pandemia. Pero a mis hijos les sigue encantando la nieve y quieren disfrutar de un día libre por su causa.

Cuando el mundo se apagó y empezó el aprendizaje a distancia, mi hijo mayor estaba a mitad de la guardería. Pasó la mitad de la guardería y todo el primer curso detrás de una pantalla de ordenador. No oculté lo mucho que odiábamos la teleenseñanza.

Obligar a niños de cinco y seis años a pasar un día entero frente a pantallas en un aula virtual no funcionó. Mi hijo se despistaba la mitad del tiempo y el profesor pasaba mucho tiempo diciéndome que no estaba concentrado o que se pasaba el tiempo escribiendo en el chat de Zoom. Tengo un trauma con el aprendizaje a distancia que todavía estoy superando.

Nuestros hijos ya han sufrido bastante en los dos últimos años; lo menos que podemos hacer es dejarles tener un día de nieve. Entiendo el argumento emergente de que no deberían "perder" días de aprendizaje por culpa del tiempo.

En los años 90, el colegio tenía que cerrar por nevadas, pero esos días no tuvieron ningún efecto negativo en mi educación. Seguí siendo una alumna de matrícula de honor durante la mayor parte de mis años académicos y los pocos días que pasé jugando en la nieve no me hicieron olvidar de repente todo lo que ya había aprendido. Tampoco me impidió absorber nuevos conocimientos.

El aprendizaje puede tener lugar en cualquier lugar y en cualquier momento. Hay muchos estudios que demuestran que se aprende jugando, y es importante que nuestros hijos vean que a veces no pasa nada por tomarse un descanso.

Los niños necesitan días de salud mental

Conozco personalmente la alegría que me produce un día libre inesperado. Si pasamos más tiempo preocupándonos de que "se queden atrás" que dándoles las alegrías de la infancia, ¿cuándo tendrán tiempo para ser niños? ¿Cuándo aprenderán la importancia de los días de salud mental? ¡Dejémosles jugar! Uno o dos días más fuera del aula no les sumirán de repente en el fracaso escolar.

Yo también quiero disfrutar de mi día libre. No me apetece nada salir a la nieve. De hecho, ahora me da pavor. Pero no quiero pasarme el día asegurándome de que la tecnología no falla, recordando a mis hijos que se sienten y presten atención, mientras intento que su hermana pequeña no sea una distracción.

Obligar a los niños a aprender a distancia en vez de en la nieve parece más un castigo que un beneficio. Que sea opcional para alguien que tenga tiempo. Pero ese alguien no soy yo. Prometo que si tenemos un día de nieve jugaremos fuera hasta que no podamos sentir los dedos. Luego entraremos a calentarnos con chocolate caliente y películas.