Cómo compartir las responsabilidades parentales tras el nacimiento del bebé

Si dos personas deciden tener un hijo en común, ambos progenitores deben compartir las responsabilidades asociadas a la crianza del bebé.

Sí, sólo uno de los progenitores puede dar a luz y, a menudo, sólo uno de ellos se queda en casa como cuidador principal. Pero eso no significa que la paternidad no sea una asociación igualitaria.

La carga física y mental de criar a un bebé es más que pesada. Es maravilloso, pero interminable, absorbente, agotador y aislante.

Esperar que uno de los progenitores asuma la mayor parte de las necesidades del bebé es injusto. Y en ese sentido, la crianza no es una tarea doméstica. Todos los adultos que viven en la casa deben hacer su parte.

Así que, si es vuestro primer bebé y ambos estáis intentando desenvolveros en vuestros nuevos roles, o uno de los dos se siente resentido, frustrado o decepcionado por la falta de iniciativa o apoyo del otro, este artículo es para ti.

Cómo repartir las responsabilidades parentales tras el nacimiento del bebé

Traemos un bebé al mundo y nadie nos dice realmente cómo va a funcionar todo en la práctica, sobre todo desde la igualdad.

Los tiempos han cambiado desde que nuestros propios padres nos criaron. Lo normal (por supuesto, no en todas las familias) es que el padre vaya a trabajar y la madre se quede en casa y se ocupe prácticamente de todo el cuidado de los hijos y las tareas domésticas.

Hemos avanzado mucho desde entonces... ¿o no? Muchos padres primerizos no conocen otro camino porque es el que nos han enseñado.

Sin duda, hay formas de cambiar esta situación anticuada y desigual. Aquí tienes algunas ideas que te ayudarán a convertirte en coparental igualitario.

1. Reconocer que la paternidad es 24/7

El padre que sale a su trabajo remunerado no acaba con sus responsabilidades cuando se va. El día tiene 24 horas, lo que significa que la crianza nocturna es tan importante como la diurna y debe compartirse a partes iguales.

2. Haga una lista de sus puntos fuertes y prioridades

Siéntense juntos y discutan cuáles son sus prioridades como familia y como individuos. Las tareas más valoradas por una persona podrían asignársele a ella. O dividirlas en función de las tareas que a ti no te gustan y a tu pareja no le importan. Por ejemplo, si a tu pareja no le importa pasar la aspiradora pero a ti no te gusta. O que uno de los padres (en caso de lactancia materna) haga las tomas nocturnas mientras el otro se encarga de los pañales nocturnos.

3. Acepta que ambos haréis las cosas de forma diferente

Para el cuidador principal, puede ser muy duro ceder el control. Quieres que tu pareja haga su parte, pero a tu manera. Es difícil, pero es importante dejar de ser el "portero" o el "director general", porque si no se mostrarán cada vez más reacios a compartir las responsabilidades. Puede que doblen la ropa "mal" (o que no la doblen antes de guardarla), pero ve dejándolo poco a poco; es su forma de hacer las cosas. Son personas diferentes con valores y procesos distintos.

4. Cambiar a una mentalidad "compartida" en lugar de que uno de los padres "ayude" al otro.

En una relación de pareja igualitaria, nadie "ayuda" al otro en la crianza del bebé. Nadie hace de "canguro", nadie debe estar "de guardia" para ayudar sólo cuando se le pida, nadie debe estar "agradecido" al otro simplemente por criar, nadie es increíble por ser "práctico" y nadie debe ser el progenitor que toma todas las decisiones sobre el bebé. Es hora de cambiar por completo esa narrativa.

5. Sincroniza tus listas de tareas y calendarios

No hay que esperar que uno de los padres lleve toda la carga mental, así que todo lo que haya que hacer, añádelo a una lista compartida, o cualquier cita o evento próximo puede ir a un calendario compartido. Añade cosas tan pequeñas como "buscar cremas para los pañales" o "¿es normal la caca de mi bebé?". El progenitor que no está en casa también suele tener acceso a Internet, además de una pausa para comer y posiblemente un desplazamiento al trabajo (a diferencia del progenitor que está en casa).

6. Respetar y repartir equitativamente el "tiempo para mí" del otro

Las actividades fuera de la crianza y del hogar deben comunicarse para que no choquen con el tiempo libre del otro miembro de la pareja. Si uno de los padres quiere salir a correr, darse un masaje o tomar un café con un amigo, añádalo al calendario compartido y respételo siempre que sea equitativo y tenga lugar a la hora y durante el tiempo acordados (por ejemplo, no justo a la hora de acostarse tres noches seguidas). Lo mejor de abordar todas las tareas en equipo es que te da más tiempo para ti.

7. Conseguir una dirección de correo electrónico compartida y facilitar ambos números de teléfono.

La madre suele ser el punto de contacto para todo lo relacionado con el bebé o el hogar. Una forma de cambiar esta situación desde el principio es crear una dirección de correo electrónico para que ambos recibáis notificaciones en vuestros teléfonos de citas médicas, cartas de Centrelink, facturas de servicios públicos, correos electrónicos de la guardería o mensajes de texto de cualquier persona que cuide de tu bebé, etc. Reducirás drásticamente la carga mental a la vez que demuestras a los demás que la crianza es una tarea compartida. Así reducirás drásticamente la carga mental y demostrarás a los demás que la paternidad es cosa de dos.

8. Comuníquense con regularidad y acepten que ambos están aprendiendo.

Los padres se hacen, no nacen. Nadie se convierte en padre sabiendo cómo preparar una bolsa de pañales, hacer eructar a un bebé, tranquilizarlo para que se duerma o entender qué significa cada llanto. Y ningún adulto tiene el deseo ardiente de limpiar la nevera, lavar pilas interminables de ropa, llevar a un bebé malhumorado al supermercado o limpiarle los culitos todo el día. Es simplemente a lo que se comprometieron los padres cuando decidieron tener un bebé. Tiene que ser un trabajo en equipo... o, sinceramente, no funcionará.

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