Mascotas para niños: hamsters
No todos los animales pueden convertirse en mascotas para los niños pues pueden presentar riesgos para su salud, especialmente, en los menores de cinco años. Cuanto más pequeño es el niño, mayor es su vulnerabilidad ya que su sistema inmunitario no está totalmente desarrollado. Además, en esta etapa, besan, agarran, tocan sin control y se llevan absolutamente todo a la boca, por eso es importante vigilar, supervisar y limitar sus formas de contacto con los animales.
En el caso de los hámsters, son sencillos de cuidar, ya que apenas hay que ocuparse de mantener limpia su jaula y de darles regularmente agua y comida. Como primera responsabilidad para un niño es ideal, además, aunque requiera la supervisión de un adulto, pueden ocuparse de la mascota ellos mismos, con la satisfacción que eso produce.
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En contra de la elección de un hámster como mascota para los niños es su corto periodo de vida. Pueden llegar a vivir un máximo de tres años y a los peques, les resulta aún muy difícil enfrentarse a ese sentimiento de pérdida, por lo que es recomendable elegir una mascota más longeva.
Por otro lado, los hámsters son animales muy independientes que necesitan su espacio y que no quieren ser molestados. En la mayoría de los casos, se pasan el día durmiendo y no siempre van a querer jugar cuando el niño lo reclame. Un hámster molesto puede morder, y si bien no tiene porqué ser una mordedura grave, si puede generar desconfianza en los peques.
Si vas a elegir como mascota para los niños un hámster, deberás explicar a tus hijos el ciclo de vida que va a tener y que tal vez no tenga humor para querer jugar a todas horas. Si crees que no se va adaptar a las necesidades de tus peques, tal vez sea mejor que elijas un gato o un perro como animal de compañía.