Crianza lúdica: Aprender a jugar con sus hijos

Es fácil estancarse en la rutina de la crianza de los hijos, y seamos sinceros: a veces, la crianza de los hijos puede parecerse un poco al "Día de la Marmota": las mismas rutinas repetidas día tras día. Aunque la rutina y la estructura son muy importantes para nuestros hijos (¡y para nosotros!), a veces nos olvidamos de divertirnos. Nos sentimos cansados y no tenemos energía para tirarnos al suelo y jugar con nuestros hijos, o simplemente hemos olvidado cómo dejarnos llevar, ser espontáneos y caprichosos, y usar nuestra imaginación. Sin embargo, la crianza lúdica puede ser una herramienta o un enfoque importante a la hora de educar a nuestros hijos.

Contenido rápido

¿Qué es la crianza lúdica?

¿Tienes algún recuerdo vívido de tu infancia y de tus padres? Probablemente fue algo mágico o ligeramente fuera de lo común que quedó grabado en tu mente. ¿Tuvisteis un día en el que construisteis juntos un fuerte? ¿Os tomasteis un día libre del colegio y del trabajo para ir a la playa a tomar un helado? La crianza lúdica consiste en convertir los momentos cotidianos en oportunidades para el juego y la conexión. Hace hincapié en el uso del humor, los juegos o el juego imaginativo en las interacciones cotidianas e incluso como parte de la disciplina.1

¿Por qué es importante jugar?

Happy family mother housewife and child son in laundry with washing machine

El juego es importante en la relación entre padres e hijos porque este tipo de interacciones crean vínculos fuertes gracias a la creación de recuerdos alegres y conexiones emocionales.1 Tener experiencias positivas ayuda a influir en la sensación de seguridad y apego del niño hacia sus padres. El juego también puede reducir el estrés tanto en los padres como en los hijos. Cuando reímos y jugamos, nuestro cuerpo libera endorfinas que mejoran el estado de ánimo y reducen los niveles de estrés.1

No sólo es importante la crianza lúdica; el juego en sí es crucial para el desarrollo y el bienestar de los niños. Algunos de sus beneficios son:1,2,4

Creatividad

Cuando dejamos que los niños exploren su mundo sin demasiadas interferencias ni normas (especialmente nuestras ideas de adultos sobre cómo deben funcionar los juguetes o nuestras nociones de cómo jugar con algo "correctamente"), consiguen dar rienda suelta a su imaginación. También aprenden a resolver problemas o a enfrentarse a retos siendo creativos y pensando con originalidad.

Lenguaje

Cuando los niños juegan a fingir, especialmente los juegos de rol, practican el uso de las palabras de distintas maneras o prueban cosas nuevas sin la presión de un momento formal de aprendizaje o enseñanza. Esta falta de juicio y de espacio les permite jugar y practicar sin miedo. Pueden cambiar sus palabras o su lenguaje en función de su papel, lo que favorece aún más el desarrollo del lenguaje.

Habilidades motrices

El juego también permite a los niños desarrollar la coordinación y la fuerza. Pueden dar patadas a una pelota, saltar o arrastrarse simulando ser un tigre (motricidad gruesa). Cuando se ponen los disfraces, practican el uso de cremalleras o botones, y cuando colorean, practican el agarre con pinzas (motricidad fina). El juego está lleno de oportunidades para desarrollar habilidades incidentales.

Flexibilidad cognitiva

Los niños aprenden a ser más flexibles y adaptables cuando cambian de juego o de personaje mientras juegan. Esto se conoce a veces como juego de "piezas sueltas". Es cuando los niños combinan distintos tipos de juego o utilizan diferentes materiales u objetos durante el juego. Mejora y refuerza habilidades como el razonamiento, la resolución de problemas, el funcionamiento ejecutivo y la flexibilidad cognitiva a medida que los niños incorporan diversos elementos a su juego.

Regulación emocional y empatía

Al igual que en el caso del lenguaje, cuando los niños tienen la oportunidad de jugar y explorar en un entorno seguro, pueden poner en práctica habilidades como la regulación emocional. También pueden expresar sus emociones o explorar y resolver situaciones difíciles. Además, cuando juegan, se ponen en el lugar de otro y aprenden a pensar desde la perspectiva de otra persona (la piedra angular de la empatía). También pueden practicar la empatía cuando adoptan papeles/personajes de "ayudantes": policías, enfermeros, veterinarios, etc.

¿Cómo es la crianza lúdica?

Mother and daughter having fun with the vegetables in the kitchen.

Los padres juguetones fomentan conscientemente el humor y la imaginación e incorporan el juego a las interacciones cotidianas.1 En lugar de decirle a su hijo lo que tiene que hacer, un padre juguetón puede enseñarle una lección de vida a través de un juego, utilizando bromas o voces tontas para rebajar la tensión o convertir en un juego algunas de esas tareas y quehaceres diarios aburridos pero esenciales. Incluso pueden darle la vuelta a la disciplina y hacer que una situación difícil resulte agradable o abordar comportamientos o situaciones difíciles utilizando el humor o su imaginación.1

Por ejemplo, en lugar de utilizar un "tiempo fuera" o regañar a su hijo por ensuciar, un padre juguetón puede convertir el momento de la limpieza en una divertida competición para ver quién puede guardar más juguetes en un minuto. La tarea se hace más divertida, pero el niño sigue aprendiendo la importancia de limpiar lo que ensucia.

¿Cómo hacer que las rutinas de los padres sean más lúdicas?

Hay muchas formas de aprender a ser juguetón o de incorporar más juego a la vida cotidiana:

Deshágase de las distracciones

Deje el teléfono, apague la televisión, guarde el portátil en el bolso... lo que sea que le distraiga, aléjese de ello. Esté presente con su hijo y pasen tiempo a solas. No tienen por qué ser horas y horas; se trata más de calidad que de cantidad.

Únete a su juego

A algunos padres les puede resultar difícil o incómodo si han perdido el contacto con su imaginación o su chispa creativa. Así que siéntate junto a tu hijo mientras juega y, si no estás seguro de qué hacer, pídele que te explique algo (quiénes son los personajes, qué papel desempeñan, cuál es el objetivo, etc.). Si te sientes cómodo, puedes narrar su juego y compartir lo que les ves hacer. Por ejemplo: "Estáis jugando a los coches y la familia va de compras". O puedes meterte de lleno, con los pies por delante, y jugar con ellos. Adopta tu propio personaje o papel, participa y deja volar tu imaginación. Créeme, les encantará aunque te sientas incómodo o fuera de lugar.

Hazte el tonto

Pon cara rara, mueve las cejas, cruza los ojos y cuenta chistes divertidos. Intenta inyectarle un poco de humor a tu día a día. Si no te sientes muy gracioso o no sabes por dónde empezar, busca un libro divertido o chistes para niños. Utiliza acentos graciosos cuando hables e inclínate hacia su juego. Si tu hijo dice algo absurdo o fantástico, en lugar de corregirle, ¡síguele la corriente!

Prepara su cuarto de juegos para maximizar la imaginación

No les des demasiados juguetes: pueden agobiarse y pasar demasiado tiempo decidiendo con qué juguete jugar en vez de jugar de verdad. En su lugar, proporciónales muchos juegos de rol o disfraces para que practiquen la empatía. Además, dales juguetes "abiertos" que no tengan un personaje, un papel o un resultado predeterminados. Los niños pueden usar su imaginación para jugar con estos juguetes de muchas maneras.3 Los juguetes abiertos incluyen bloques, manualidades, cajas, casas de muñecas (con muñecas sencillas o genéricas, no con personajes preestablecidos), etc.

Salid al aire libre

Esto podría significar ir de geocaching, dar patadas a una pelota en el parque, hacer senderismo, jugar al bingo de la naturaleza, montar en bicicleta, etc. También puedes coger un libro y hacer un picnic al aire libre. Incluso puedes hacer una actividad formal organizada y dirigida por alguien o una empresa, como una visita guiada a algún lugar pintoresco (piensa en lugares como un monumento local o una visita a la ciudad en la que vives). Otra idea es llevar a tu hijo a una prueba de un equipo local de deportes al aire libre (fútbol, voley playa, béisbol, etc.). Quién sabe, a lo mejor le encanta y quiere apuntarse. O puedes buscar un equipo local para verlo, si te va más.

Sé espontáneo

De vez en cuando, ábrete a la aventura. Aprovecha el momento y explora algo nuevo. En lugar de sentarse a la mesa para cenar, pueden comer al aire libre. Despiértales temprano para ver el amanecer, o quédate despierto hasta tarde para ver la puesta de sol. Sorpréndeles con un día de "sí" (en el que sólo dices "sí" a las cosas). Las opciones son infinitas.

Es importante entender que un padre juguetón sigue teniendo límites y normas; simplemente crea un equilibrio en la vida cotidiana. Saben cuándo utilizar el juego para obtener el mismo resultado que con la queja, el regaño o la reprimenda. La crianza lúdica no sólo es una forma estupenda de fomentar una conexión positiva entre padres e hijos, sino que también ayuda a crear momentos mágicos que los niños (y los padres) recordarán con cariño cuando sean mayores y piensen en su infancia.

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