Muchos padres creen que la crianza gentil malcría a los niños, pero los expertos dicen que eso no es cierto

La crianza gentil se ha convertido en una palabra de moda en las redes sociales, a menudo presentada como una alternativa tranquila, conectada y compasiva a la disciplina tradicional. Pero mientras algunos padres la alaban por fomentar la inteligencia emocional y vínculos fuertes, otros dicen que es un camino rápido para criar niños consentidos que se desmoronan cuando se les dice "no". Este enfoque —que enfatiza la empatía, los límites y la colaboración en lugar del castigo— ha atraído una buena parte de críticas.

Desplázate por TikTok o Instagram y encontrarás muchos usuarios diciendo que la crianza gentil se trata de ceder, evitar la disciplina o dejar que los niños tomen las decisiones. Pero, ¿es realmente ese el caso? ¿O las críticas son solo malentendidos de lo que el método realmente implica?

Hablamos con dos expertos en desarrollo infantil para desenredar la verdad, explicar la diferencia entre la crianza gentil y la crianza permisiva, y examinar si este enfoque popular ayuda o perjudica a los niños con el tiempo.

Críticas Comunes a la Crianza Gentil

Ningún estilo de crianza está exento de escépticos, y la crianza gentil no es una excepción. Los críticos —especialmente aquellos de generaciones anteriores (es decir, los baby boomers y la Generación X) criados con una disciplina más firme— a menudo la ven como excesivamente indulgente, poco realista o incluso habilitante.

Pero estas preocupaciones no se limitan a los abuelos; algunos padres de la generación millennial y Gen Z también han expresado dudas, especialmente cuando la versión de la crianza gentil que ven en las redes sociales parece un todo vale.

Aquí hay algunas de las críticas más comunes:

  • Es demasiado permisiva: Los críticos argumentan que la crianza gentil le da a los niños demasiado poder y no establece límites claros.
  • No hay consecuencias: Algunos temen que el enfoque evite los castigos en exceso, dejando a los niños sin una comprensión real de los límites.
  • No prepara a los niños para el mundo real: Otros dicen que la vida no siempre será gentil y que los niños deben aprender a manejar la incomodidad, la decepción y la autoridad.
  • Los niños nunca oyen "no": Un malentendido común es que la crianza gentil evita decir "no" por completo, creando niños que no saben manejar la decepción.
  • Fomenta el sentimiento de derecho: Hay preocupación de que la validación constante y la protección emocional puedan resultar en niños que se sientan excesivamente importantes o emocionalmente frágiles.

Si bien estas críticas parecen válidas, a menudo provienen de un malentendido de lo que realmente es la crianza gentil —o de observarla aplicada de manera inconsistente. En realidad, la crianza permisiva tiende a ser la que causa fricción. Dado que "gentil" y "permisiva" suenan como un enfoque laissez-faire de la crianza, es fácil confundir ambas, especialmente cuando comparten algunas similitudes superficiales, pero no son lo mismo.

La Diferencia entre Crianza Gentil y Crianza Permisiva

La diferencia fundamental entre la crianza gentil y la crianza permisiva se reduce a esto: La crianza gentil se centra en criar niños emocionalmente seguros y respetuosos, mientras que aún tiene reglas y estructuras claras; la crianza permisiva busca el mismo resultado, pero a menudo carece de las herramientas o límites que los niños necesitan para llegar allí.

“La crianza gentil describe un patrón de crianza cálido y firme”, explica Leigh Spivey-Rita, PhD, profesora asistente en psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Universidad de Duke. “Prioriza la conexión y la expresión de empatía, atendiendo a las necesidades emocionales de un niño mientras establece límites apropiados para su desarrollo.”

En contraste, dice, la crianza permisiva tiende a carecer de esos límites esenciales. “[La crianza permisiva] es bastante cálida y se centra en la relación, pero menos en establecer reglas o expectativas para el niño.”

Aquí hay algunas diferencias clave entre la crianza gentil y la crianza permisiva:

Crianza Gentil Crianza Permisiva
Los padres establecen reglas y límites claros y consistentes. Los padres a menudo evitan establecer o hacer cumplir límites por completo.
Los padres utilizan consecuencias naturales. Los padres tienden a evitar conflictos cediendo o ayudando a los niños a evitar repercusiones.
Los padres ayudan a los niños a procesar grandes sentimientos mientras establecen límites. Los padres pueden centrarse más en consolar en el momento, incluso si eso significa dejar de lado las reglas.
Los padres son calmados pero firmes y normalmente permanecen consistentes. Los padres a menudo carecen de seguimiento, o las reglas pueden cambiar dependiendo del día (o comportamiento).
Entonces, ¿la crianza gentil realmente malcría a los niños?

La preocupación de que la crianza gentil pueda malcriar a los niños no es nueva; especialmente en el discurso de crianza en línea, donde videos de padres narrando calmadamente un berrinche o negociando con un preescolar tienden a volverse virales. Los críticos argumentan que los niños criados de esta manera no escuchan "no" lo suficiente, no aprenden a manejar la decepción y podrían crecer sintiéndose con derecho. Pero, ¿hay alguna evidencia real de que esto suceda?

No realmente; al menos, no cuando la crianza gentil se practica como se pretende.

Según la especialista en desarrollo infantil y salud conductual y psicóloga licenciada Kate Norwalk, PhD, es difícil decir de manera definitiva si la crianza gentil afecta el sentimiento de derecho de los niños, ya que no hay investigaciones empíricas sobre este enfoque específico.

Kate Norwalk, PhD

Muchas de las estrategias utilizadas en la crianza gentil son muy efectivas para ayudar a un niño a manejar sus emociones y comportamientos y construir resiliencia e inteligencia emocional.

— Kate Norwalk, PhD

Dicho esto, “la crianza gentil toma prestadas muchas de sus ideas de otros enfoques de crianza, como la crianza autoritativa y el entrenamiento emocional, que han sido ampliamente investigados por sus efectos positivos en el desarrollo social, emocional y conductual de los niños”, explica. “Así que, en ese sentido, muchas de las estrategias utilizadas en la crianza gentil son muy efectivas para ayudar a un niño a manejar sus emociones y comportamientos y construir resiliencia e inteligencia emocional.”

La Dra. Spivey-Rita añade que, si acaso, la crianza gentil está preparando a los niños para el éxito: “Les está dando las herramientas que necesitarán para poder navegar eficazmente por el mundo”, dice. “Les ayuda a aprender sobre sí mismos. Les ayuda a aprender sobre los demás y a entender cómo funciona el mundo.” 

La distinción clave, enfatiza la Dra. Norwalk, es cómo se aplica el enfoque. La crianza gentil implica límites, expectativas y seguimiento, pero a través de un prisma de empatía y apoyo emocional. Aún así, la Dra. Norwalk señala que la crianza gentil no es el mejor enfoque para todos los niños, especialmente aquellos que tienen necesidades emocionales y comportamentales más intensas.

La Conexión entre las Prácticas de Crianza Gentil y el Apego Seguro

Una de las preocupaciones principales que plantean los críticos es que la crianza gentil puede llevar a los niños a luchar por regular sus emociones. Si los padres están constantemente interviniendo para consolar o explicar, se piensa que los niños pueden no aprender a manejar sus sentimientos o tolerar la incomodidad. Pero ese argumento no se sostiene cuando observamos cómo la crianza gentil apoya realmente el desarrollo emocional, especialmente cuando se practica de manera consistente y adecuada para la edad.

Debido a que la crianza gentil implica empatía, atención plena y respuesta emocional, sienta las bases para un apego seguro entre los niños y sus padres, lo que la investigación muestra que viene con una variedad de beneficios.

“Hay una gran cantidad de investigaciones que demuestran los efectos positivos del apego seguro en los niños”, dice la Dra. Spivey-Rita. “Les ayuda con la regulación emocional, ayuda en el desarrollo de habilidades sociales y les ayuda a ser más confiados y resilientes. Hay simplemente una larga lista de efectos positivos del apego seguro, que creo que es el objetivo de la crianza gentil.”

Algunos de los estudios más notables incluyen un estudio publicado en The Journal of Psychopathology and Behavioral Assessment que examinó la relación entre la seguridad del apego y la regulación emocional en niños pequeños, que encontró que los niños con apego seguro estaban mejor equipados para manejar emociones. Además, la investigación en Emotion Review encontró que el apego seguro estaba vinculado a una menor reactividad emocional y una recuperación emocional más rápida.

La Dra. Spivey-Rita añade que las prácticas de crianza gentil también pueden fomentar la co-regulación, o cómo los padres ayudan a sus hijos a manejar grandes emociones. No solo les estás diciendo qué hacer; estás modelando cómo hacerlo, ya sea tomando respiraciones profundas, conversando o enfrentando las consecuencias naturales. Con el tiempo, los niños comienzan a aprender a regular esas emociones ellos mismos.

Así que, aunque puede parecer que la crianza gentil da a las emociones demasiado protagonismo, la realidad es que ayuda a los niños a aprender a nombrar, entender y manejar sus emociones, habilidades que son esenciales para la resiliencia a largo plazo.

Encontrando el Equilibrio en la Crianza Gentil

Incluso entre los partidarios de la crianza gentil, hay un reconocimiento creciente de que puede ser difícil de hacer correctamente —y aún más difícil de mantener, especialmente cuando la vida se vuelve estresante.

La clave para una crianza gentil exitosa, dice la Dra. Norwalk, es validar las emociones de un niño mientras se establecen límites y consecuencias para su comportamiento.

“Los límites ayudan a los niños a sentirse seguros al hacer las cosas más consistentes y predecibles”, dice. “Animo a los padres a comunicar a sus hijos que todas las emociones, pero no todos los comportamientos, son aceptables. [Por ejemplo], ‘Está bien estar enojado, pero no está bien golpear o lanzar juguetes cuando estás enojado.’”

La Dra. Spivey-Rita explica: “No es realista que un adulto espere que un niño pequeño pueda notar sus emociones y luego regularlas eficazmente porque aún no han aprendido eso. Así que la crianza gentil adquiere un enfoque en construir esa habilidad.”

Por ejemplo, dice que si un niño parece frustrado, puedes decir: “Puedo notar que tu cuerpo parece muy tenso en este momento; suenas como si estuvieras frustrado.” Al dar nombre y reconocer la sensación, estás ayudando a tu hijo a aprender y entender lo que está sintiendo. Desde allí, puedes enseñar a tu hijo lo que está bien y lo que no está bien en términos de expresar esa emoción particular.

Finalmente, el niño aprenderá a regular las emociones por sí solo, lo que requiere que te apartes un poco —incluso durante los berrinches. “Uno de los ejemplos más comunes que veo en mi práctica es cuando los padres intentan interactuar o consolar a su hijo cuando está teniendo un berrinche o una crisis”, dice la Dra. Norwalk. “Esto no solo a menudo lleva a una escalada en el comportamiento, sino que también quita una oportunidad para que el niño practique regular sus propias emociones.”

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